Mitos comunes sobre la inmunización

Las vacunas han sido una parte esencial de la salud pública durante décadas, previniendo enfermedades y salvando millones de vidas. Sin embargo, a pesar de su eficacia, persisten varios mitos que llevan a algunas personas a dudar de las vacunas. Desmitifiquemos algunos de los mitos más comunes sobre la inmunización para separar los hechos de la ficción.

Mito: La inmunidad natural es mejor que la inmunidad inducida por vacunas

Si bien la infección natural puede brindar inmunidad, los riesgos de una enfermedad grave o de complicaciones derivadas de enfermedades como el sarampión, la tos ferina o la gripe superan con creces los posibles beneficios de la inmunidad natural. Las vacunas ayudan a reducir la gravedad de la enfermedad (o a prevenirla por completo) al generar inmunidad sin experimentar el impacto total de la enfermedad. En algunos casos, como el tétanos, la infección natural no genera inmunidad en absoluto, lo que convierte a las vacunas en una de las formas de protección más confiables.

Mito: Las vacunas contienen toxinas dañinas

A algunas personas les preocupa que las vacunas contengan sustancias tóxicas como mercurio, formaldehído o aluminio. Sin embargo, las cantidades que se utilizan en las vacunas son minúsculas y están muy por debajo de los niveles nocivos. Por ejemplo, el timerosal, un conservante a base de mercurio, ya no se utiliza en la mayoría de las vacunas infantiles, e incluso cuando se utilizaba, los estudios demostraban que era seguro. Ingredientes como el formaldehído y el aluminio también están presentes en cantidades mucho menores a las que las personas están expuestas en la vida cotidiana a través de los alimentos y el medio ambiente.

Mito: Las vacunas no son necesarias para las enfermedades raras

Algunos creen que las vacunas ya no son necesarias porque ciertas enfermedades, como la polio o el sarampión, son poco frecuentes en muchas partes del mundo. Sin embargo, estas enfermedades son poco frecuentes debido a la vacunación generalizada. Si las tasas de vacunación disminuyen, las enfermedades pueden resurgir rápidamente, como lo demuestran los recientes brotes de sarampión en comunidades con tasas de vacunación más bajas. Las vacunas son esenciales para mantener la inmunidad colectiva y mantener a raya estas enfermedades.

Las vacunas son una de las herramientas más eficaces que tenemos para prevenir enfermedades y salvar vidas. Si bien los mitos y la desinformación pueden generar confusión, es importante confiar en fuentes confiables. El Dr. Charles Maclean, uno de los médicos de Cameron, comentó: “Hable con su proveedor de atención médica si tiene alguna pregunta o inquietud con respecto a las vacunas o para preguntar si existe algún motivo por el que no debería recibir una vacuna específica. Cameron está aquí para ayudar”.

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